“ Ungido para la misión de tres partes de Cristo»

Homily for Chrism Mass
April 7, 2022; St. Mary’s Cathedral

Resumen en Español

En la economía de hoy, se ha considerado que el petróleo sea su elemento vital.  Esto lo sentimos ahora cada vez que rellenamos el tanque de nuestros vehículos.  De manera similar, el óleo – el que llamamos aceite de oliva – ha sido el elemento vital del mundo antiguo.  El aceite de oliva se ha usado para cocinar, pero también se usaba como combustible para lámparas, para sanar heridas, y se usaba en la unción de personas consagradas para ejercer los oficios sagrados. Es en este último uso o significado que nuestra Misa de hoy encuentra su propósito: el de bendecir y consagrar los santos óleos con los que se unge el pueblo de Dios, consagrándolo para una misión sagrada.  Así, el pueblo de Dios hace lo que el Maestro ha hecho primero, el cual – como oímos en la primera lectura y el evangelio – ha sido ungido para una misión.

Como sacerdote, Cristo libera con el perdón a los cautivos por el pecado, a los prisioneros del mal, y nos reconcilia con el Padre.  Como profeta, cura la ceguera de la ignorancia y nos ilumina con la verdad para entrar en relación con Él.  Como rey, anuncia la buena nueva a los pobres y nos conduce a las verdes praderas de su vida.  Jesús sabe quien es y su identidad marca sus obras.

La Iglesia, es decir los miembros del Cuerpo de Cristo unidos con Cristo, quien es su cabeza, son un pueblo mesiánico.  El Cuerpo de Cristo participa en la misión propia de Cristo de santificar, enseñar y servir.  Como cristianos, hemos recibido de Cristo el gran mandato de continuar su misión mesiánica santificando, enseñando y sirviendo.  Así, en esta Misa, el obispo bendice y consagra los óleos que se usarán en los ritos sagrados de la Iglesia con los cuales se consagra el pueblo de Dios para la vida en Cristo y se les hace participes de su misión.  El óleo de los catecúmenos fortalece contra las batallas espirituales.  Con el óleo de los enfermos se invoca la sanación de Cristo.  El santo Crisma indica la elección divina.

El santo crisma indica la elección divina, no solo en los ritos de iniciación cristiana, pero también en los ritos de la dedicación y ordenación.  Con el santo Crisma, el altar y las paredes de una iglesia se ungen cuando se les dedica.  Los sacerdotes en sus manos y los obispos en su cabeza son ungidos con el mismo Crisma en su ordenación.  Por lo tanto, hay una consagración, una elección para algunos que se les separa del pueblo.  A los que Cristo elige consagrar, para el servicio de su pueblo, los ordena para que sean sacerdotes en beneficio de su pueblo sacerdotal.

Ya que la Misa Crismal es asociada con Jueves Santo, lleva consigo el significado especial del don del sacerdocio ministerial que Dios ha dado a su Iglesia.  Por lo tanto – de acuerdo a la costumbre – los sacerdotes dentro de unos momentos renovarán sus promesas sacerdotales.

Agradezco a los sacerdotes de la Arquidiócesis por ser la voz, las manos y el corazón de Cristo para Ustedes que son su pueblo sacerdotal.  Por favor, sigan rezando por sus sacerdotes, recen con aún más fervor por su santificación, su celo pastoral y su santidad.  Y guardemos con la mayor importancia en nuestra mente y corazón la vida espiritual que los santos óleos fomentan, pues todo lo demás fluye de esta vida espiritual con Cristo.